Condenada Macha, la salsa macha que tienes que conocer

Por apasionados a la comida

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De las Crónicas del Taco a la Condenada Macha. Descubre cómo la pasión por la comida y el sazón llevaron al periodista gastronómico Pedro Reyes y a la fotógrafa Adriana Álvarez a incursionar en la divertida aventura de hacer su propia salsa macha.

Foto: @elreydearagon y @adrietaphoto 

Comenzó hace poco más de un año y esta salsa está ocupando cada vez más mesas en México. Se trata de Condenada Macha, una salsa a base de aceite y chiles secos al puro estilo de la salsa macha –originaria de Veracruz– y el chili oil asiático, que además de presumir un buen picor y mucho carácter, tiene una mordida irresistible gracias a la presencia de semillas como ajonjolí, cacahuate, pepita de calabaza y nuez de la India.

Nació de la mente del periodista gastronómico Pedro Reyes (@piterpunk) y la fotógrafa Adriana Álvarez (@adrietaphoto), quienes son grandes aficionados al picante y al universo de salsas que ofrece nuestro país: “una oportunidad de mejorar cada bocado”, en sus palabras.

La historia se remonta a un viaje que Pedro haría a Buenos Aires, donde tiene grandes amigos tragones: periodistas, cocineros, bartenders… “Pensaba en llevar un souvenir fuera de lo ordinario, lejos del tequila, mezcal y el chile piquín que usualmente llevaba conmigo. Y pensé en una salsa macha. Mi problema es que no tenía bien claro cuál era la correcta para llevar. Había probado muy buenas machas, pero todas ellas caseras, no había alguna que pudiera comprar en el súper que realmente me gustara”, recuerda Pedro.

Entonces, a unas horas de ir al aeropuerto, se fue al mercado y se hizo de una mezcla de chiles, ajo, aceite y algunas semillas al azar, y así preparó su primera salsa macha. Al viaje llevó cuatro frascos para regalar –aún calientes en la maleta–  y dejó uno en casa. Al volver, ese frasco había desaparecido por completo. Adriana lo había devorado. Una semana después, cayó la pandemia y, entre tanto tiempo libre e incertidumbre, fue ella quien lo convenció de hacer otro lote de salsa y lanzarla a la venta. Así nació Condenada Macha.

La salsa se vende –en su versión original de 270 gramos, y en formato grande, de 380 gramos– a través de la cuenta de Instagram @condenadamacha y en algunos establecimientos en donde la Condenada se ha convertido en todo un best-seller. Tal es el caso de Casa Bruna (@casabrunamx), la carnicería Carnívoro (@carnivorocarniceria), la legendaria pastelería Los Tulipanes (@pasteleriaslostulipanes) y hasta en algunos restaurantes como Chicharrón Norteño (@chicharronregio) y La Pancita Roma (@lapancita.roma), en donde además de vender la salsa, se ofrece en la mesa para acompañar los platillos. 

Fuera de la ciudad, Condenada Macha ha llegado también a Guadalajara, disponible en la tienda de vinos y charcutería Mantequería (@mantequeriamx).

“Tenemos planes de llegar a todo México”, comenta Adriana. “También, muy pronto estaremos lanzando nuestra nueva versión de Condenada Macha, una variante más leve, menos picante, ideal para la gente que come menos chile pero que busca ese sabor potente, muy característico de la Condenada. Una buena parte de nuestros clientes nos la ha pedido. Además, creemos que es un buen ensayo para pensar en otros mercados, como el gringo y el sudamericano. Ojalá muy pronto estemos por allá”, cuenta Adriana. 

Condenada Macha ha tenido colaboraciones con restaurantes como Milk Pizzería, Chicharrón Norteño, Alay Alay, Happy Buns Burgers y en subproductos propios como el Condenado Chori, choripanes a las brasas con Condenada Macha, en eventos y bazares. También, Adriana y Pedro desarrollaron el Condenado Recetario, un código QR que incluye una serie de platillos de su autoría, con una buena dosis de Condenada Macha. Para ellos, el camino del emprendedurismo ha sido, ante todo, divertido.

“Yo nunca había vendido nada en mi vida. Nunca me he considerado bueno para el bisne”, admite Pedro Reyes. “Pero estoy muy orgulloso de la Condenada y de ver hasta dónde ha llegado, de conectar con nuestros clientes, ver que realmente les gusta, hacer comunidad y que cada vez nos pidan más (hay gente que pide de a 3 a 6 salsas al mes). Hacer que todos puedan tener una salsa macha de verdad en su refri para que le pongan a lo que les dé la gana y que ese momento pueda mejorar sus días. Eso es lo que más nos gusta”.